Recluido en esa habitación claustrofóbica, alimentado por un tubo en condiciones infrahumanas... no, que va, no puedo seguir con esta farsa, como ahí dentro no se está en ninguna parte.
Satsuki y Mei descubren la existencia de seres extraordinarios, los espíritus del bosque, que sólo pueden ser vistos por personas de corazón puro. Cuando Mei, intentando llegar al hospital para ver a su madre, se extravía, Satsuki recurre a Totoro, el rey del bosque, para que le ayude a encontrar a su hermana pequeña.